Una nueva propuesta educativa
Hoy en día, la mayoría de padres dan por hecho que sus hijos asistirán a un colegio y a una universidad. Como la rotación de la tierra o el efecto de la gravedad, la mayoría cree que “así funciona” y no hay otra opción. Para muchos el concepto “educación” equivale a “colegio” y por lo tanto hablar de “no colegio” es hablar de “no educación”. La realidad es que la educación formal está basada en unos supuestos tan desactualizados y equivocados que es claramente la peor forma de educación, sólo por encima de no tener ningún tipo de educación.
Necesitamos un nuevo modelo educativo que fomente la creatividad y la pasión por el aprendizaje. Un modelo que se aleje de los estándares superficiales que han creado los gobiernos para homogenizar el conocimiento. Un modelo en donde las matemáticas, ciencias e idiomas no estén por encima de las artes y las humanidades. Un modelo educativo para toda la vida, no para los primeros 20 años de nuestras vidas.
Esta es mi propuesta. Se basa en una serie de premisas que desafían algunos paradigmas de la sociedad actual. El objetivo no es solucionar los problemas de educación nacional, es ofrecer una alternativa al método tradicional de enseñanza y hacer un llamado a aquellas personas con ideologías similares para que discutamos el tema y compartamos experiencias.
Premisas
1. La educación se debe enfocar en el individuo, no en las necesidades del “sistema”.
La educación formal, como la conocemos hoy en día, surgió de la Revolución Industrial con el objetivo de estandarizar el conocimiento y suplir la creciente demanda de mano de obra que generaban las fábricas. Hoy en día, colegios y universidades siguen cumpliendo la misma función: preparando la siguiente generación de empleados que ocuparán cargos en entidades financieras, establecimientos comerciales, fábricas y empresas de tecnología. Son muy pocos los que realmente logran escapar ese destino.
2. Es un error mezclar el aprendizaje intelectual con el aspecto social.
Son dos temas que se deben separar para no desmotivar el aprendizaje. En nuestra sociedad el deseo por aprender no es bien visto, especialmente en los colegios donde el más popular es normalmente el más vago.
3. El colegio no es la única comunidad en donde los niños pueden socializar.
De hecho, es una de las peores. Grupos de pintura, danza, deportes, etc. les permite socializar con más gente y les permite escoger sus amistades sin necesidad de imponérselas.
4. Los horarios matan la creatividad.
Encerrar a los niños en horarios definidos dentro de un colegio sólo acaba su creatividad y los prepara para el horario laboral que les espera. Muchos padres creen equivocadamente que el horario impone disciplina en los niños, pero la realidad es que sólo los limita. La disciplina es una consecuencia del deseo por aprender, no lo contrario. Cualquier día, incluídos sábados y domingos, son un perfecto momento para aprender.
5. La educación no hace parte de un proceso lineal.
La sociedad nos ha hecho creer que la educación es un proceso lineal: estudiamos 18 años para trabajar por el resto de nuestras vidas. Algunos siguen estudiando para encontrar un mejor empleo pero el estudio nunca es un fin en sí mismo, es simplemente un medio – que para muchos resulta torturante.
6. Todos somos diferentes.
La educación formal asume que todos debemos aprender lo mismo y al mismo ritmo. Esta es la razón por la que perdemos el gusto por temas tan interesantes como las matemáticas, la ciencia y la filosofía. Necesitamos aceptar que cada uno es diferente y aprendemos a diferentes ritmos.
Una audaz propuesta
El primer paso para potencializar la creatividad de nuestros hijos es alejarnos del sistema de educación formal. La mayor crítica es que sin “los cartones” no podrán encontrar un empleo en su adultez. Esa es la idea. La mayoría de empleados no están satisfechos con su empleo y quisieran independizarse. El objetivo no es conseguir un empleo, es encontrar una pasión.
El método
No existe un currículo o una metodología específica, el único objetivo es no caer en el ocio: siempre estar aprendiendo y siempre estar produciendo. ¿Qué pueden producir? Una obra de arte, un cuento, un programa, un blog, cualquier cosa … el límite está en su imaginación. Lo único que necesitan son herramientas para potencializar toda su capacidad.
Internet
Las tecnologías de la información nos permiten tener a disposición contenido didactico que puede ser consumido en cualquier momento sin necesidad de obligar a nuestros hijos a aprenderlos en ciertos horarios. Permitámosles decidir el momento en el que quieren aprender y concentrémonos en formular las preguntas correctas para motivar su aprendizaje, sin necesidad de presionarlos.
Los medios virtuales y las redes sociales son el sitio perfecto para mostrarle al mundo lo que nuestros hijos están produciendo y recibir retroalimentación. El objetivo es mantenerlos motivados.
El material
Es importante que siempre cuenten con el material necesario para fomentar su capacidad intelectual y creativa. El objetivo no es ahorrar el valor de la matrícula, es invertir su dinero de una mejor forma. Asegúrese de que siempre tengan un buen escritorio, papel, marcadores, tableros, plastilina, etc. y cualquier otro material que necesiten para sus creaciones.
Es importante que estén siempre practicando un deporte, un arte y aprendiendo un instrumento musical al año. También que siempre estén leyendo al menos un libro para su edad. Intente encontrar un sitio donde su hijo pueda sembrar diferentes alimentos. Esto es importante para que entiendan el verdadero significado de comida saludable.
Planee uno o dos viajes al año para que aprendan un segundo idioma. Aproveche esa oportunidad para que aprendan historia directamente en el lugar en el que ocurrieron los hechos.
Tiempo Libre
Ofrezcales la mayor cantidad de tiempo libre posible para que hagan lo que quieran: leer, dormir, ver televisión, dormir, explotar cosas, hacer nada … lo que quieran. Este es el momento más importante porque les permite encontrar sus pasiones, volverse creativos y socializar con otras personas.
Es una propuesta audaz. Requiere tiempo y dinero de su parte así que no es para todo el mundo. Si tenemos un trabajo de tiempo completo o simplemente no estamos dispuestos a comprometernos es imposible lograr implementar este sistema. La única opción en ese caso es enviar a nuestros hijos a una institución en donde les inyecten información, los califiquen bajo un estandar de notas – sin preocuparse en el aprendizaje – y cada cierto tiempo nos entreguen reportes con los “avances” que han hecho. ¿En serio este es nuestro mayor anhelo como padres?